domingo, 19 de junio de 2011

MI AMIGA SANDRA

 Llegué a casa  cargada con las bolsas de la compra, ya hacía mucho calor y para mí la llegada del verano era un "castigo de Dios".  Insoportable.  No entiendo cómo le puede gustar a la gente semejante suplicio, son masoquistas ¿o qué?.  En fin, para gusto los colores..
Descargo las cosas y las reparto entre el frigorífico, el congelador y la despensa.
Traígo un dolor de cabeza tan fuerte que me tomó el primer analgésico que encuentro, me tiendo en el sofá a ver si me relajo un poco y me quedó dormida.

Caminaba por el sendero que la llevaría al río allí había un lugar que la Naturaleza parecía que había sido diseñado sólo para élla.
En las dos orillas crecían adelfas blancas y rosas , algunos sauces, que tocaban el agua con sus ramas y piedras.  Un lugar idílico.
En un recodo había piedras, ése era el sitio donde más le gustaba sentarse , allí, el agua era más profunda que en otras partes de la ribera, donde a veces no sobrepasaba los 15 ó 20 centímetros.
Allí había una charca grande, en el centro se oscurecía  por la profundidad, a un lado se encontraba una gran roca con la mitad dentro del agua y la mitad fuera, como si de un iceberg se tratara.
Vió venir a su amiga Sandra  y se alegró de verla, aunque le encantaba estar allí sóla, Sandra era como su hermana.   Habían pasado juntas momentos fáciles y difíciles, lo cual les había ido creando sentimientos de hermandad.
Se sentó junto a élla pensativa.  Algo le pasaba, la conocía demasiado bién, pero respetó su silencio y esperó.
Sandra le preguntó sin mirarla: _¿recuerdas cuando aprendimos a nadar en este mismo sitio?
_¡Sí!_ le contestó, mirando la corriente del agua, pensativa.
_Ha pasado mucho tiempo ¿verdad?.
_Pero parece que fué ayer mismo.
_ Nos subíamos a la piedra y nos tirábamos a lo hondo, había que salir como fuera. No había nadie en un kilómetro a la redonda para poder socorrernos, pero nunca pensamos en ésa insensatez, salíamos nadando, como los perros al principio, pero poco a poco fuimos cogiendo confianza en nosotras mismas y fué así que aprendimos a nadar.
_¡SÍ!_ contestó con los ojos llenos de lágrimas.
Se me hiela el corazón y le pregunto_ ¿qué te pasa? ¿qué ocurre?.
_He ido al médico y me han hecho unas pruebas. Han dado positivo.
Siento que el vómito se me viene a la boca. No entiendo nada ¿de qué pruebas hablas? ¿positivo? ¿estas embarazada?.
_¡TENGO CANCER!.

Despierto  sudando y con ganas de vomitar.  Paso un momento reponiéndome del sueño que he tenido tan real. 
Voy como un zombi a la cocina y busco la menta_poleo, hecho dos bolsitas en la taza y la lleno de agua, la meto en el microondas y espero unos minutos, le echo una cucharada de miel y y me voy al ordenador con la taza caliente entre las manos, lo enciendo y abro la carpeta donde están las fotos de Sandra.
¡Allí está! sonriendo, alegre, divertida, feliz.
Me pongo a llorar, hace un año que murió y no me acostumbro a estar sin élla.
Nunca habló de su enfermedad, para élla no existía.
Jamás dejó de sonreir, ní flaqueó en ningún momento.
Nunca la ví llorar.
Los últimos días no quisó que nadie entrara a verla, quería morir sóla.
Su recuerdo es el de una persona FELIZ.

3 comentarios:

  1. Hay personas que pasan por la vida regalándonos sonrisas y hasta el último día nos muestran su generosidad delegando en ellas solo el dolor de la destrucción.
    Algún día el dolor de la ausencia se tornará en sonrisa al recordar esas zambullidas y su alegría al ver su fotografía.
    Saludos.

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  2. Hola amiga , la verdad es que me as dejado helada , que pena por la muerte de tu amiga , pero la verdad es como dice rosa hay personas que te regalan sonrisastodos los días de su vida , si es un pasaje o una vivencia tuya , deveras lo siento muchisimo amiga , gracias por compartir este relato , bonito pero triste, un beso de Lm y espero que lo superes muy pronto.

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  3. Yo siempre he dicho que una persona no esta muerta mientras permanezca en los recuerdos de los demás.

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